Cuando descubrimos que vamos a tener que hacerle una visita al dentista (ya sea por nosotros o por nuestros hijos), automáticamente nos asalta el miedo sobre el pastizal que vamos a tener que dejar en él. Y es que es completamente cierto que la salud privada es algo que nos hace temblar a todos, porque somos perfectamente conscientes de que es muy cara. En caso contrario, ¿no acudiríamos todos a un médico privado cuando nos sintiéramos enfermos?
Por ello, hoy vamos a darte ciertos trucos para ahorrar un poco de dinero en el dentista. Que se puede, ¡créeme que se puede!
¿Cuándo debemos acudir a un profesional de la salud y cuándo no?
¿Sabes lo que es ser “hipocondríaco”? Una persona hipocondríaca es, cito textualmente de una web médica profesional, “una enfermedad por la que el paciente cree —de forma infundada— que padece alguna enfermedad grave. El origen del término hace referencia a una región anatómica, el hipocondrio, situada bajo las costillas y la apófisis xifoides (la punta) del esternón, donde se creía que se acumulaban los vapores causantes de este mal”
Vamos a explicarlo de una forma en la que nos entendamos: una persona hipocondríaca es aquella que, debido al miedo irracional a estar enfermo, va a pensarse, ante estímulos externos, que padece enfermedades que en realidad no tiene.
Recuerdo que, en una ocasión, echaron por la tele una relación de noticias durante, al menos, una semana, en las que se exponía la creciente subida de infartos en las estadísticas de todo el país. Es decir, había más infartos de lo normal. Y, en relación a ella, un antiguo amigo —que, os confieso, era un poco hipocondríaco—, empezó a comerse bastante la cabeza con este hecho. Mucho, muchísimo más de la cuenta.
Lo siguiente que pasó es que este colega empezó a sufrir una serie de taquicardias que jamás en su vida había experimentado. Esto, por supuesto, aumentó su sugestión y empeoró su hipocondría. Y, hasta que no fue consciente de que todo lo que le estaba pasando y su empeoramiento físico se debía al miedo y a la influencia de todas las noticias que había visto, no empezó a dejar de tener esas taquicardias y no se restableció su salud a un estado natural.
Pero hoy nos vamos a centrar explícitamente en el ahorro económico en la salud bucodental.
Consejos para ahorrar en el dentista
Con todo esto quiero dejar clara una serie de cosas que considero necesarias, primero por salud física y mental… y luego, por supuesto, para la salud económica.
-No acudas al médico ni al dentista más de lo necesario. ¿Hasta qué punto es necesario hacerse chequeos médicos constantemente? Muchas veces nos dejamos llevar por el pánico y el miedo que infunden en nosotros las noticias, sobre todo en cosas tan aterradora como las pandemias. Y, en consecuencia, queriendo mantener nuestra salud intacta, procedemos a hacernos una serie de chequeos médicos con una frecuencia más alta de lo normal.
Las personas hipocondríacas llevan este tema a extremos más irracionales… incluso al tema de la salud bucodental. De hecho, a pesar de que uno de los problemas de absentismo en el dentista es, precisamente, el miedo a acudir al dentista, una persona hipocondríaca o una persona con un miedo atroz a padecer alguna enfermedad bucal acudirá con mayor frecuencia de lo que debería acudir a la clínica.
¿En qué deriva esto? Todos sabemos que los dentistas NO son baratos. ¡Ojalá lo fueran! Pero, por desgracia, no es ese el caso. Por lo tanto, si, a pesar de saber todo esto, preferimos acudir al dentista, aunque no haga falta para tranquilizar nuestra mente… vamos a conseguir angustiar nuestro bolsillo a fin de mes dejando en el dentista una cantidad económica muy elevada que, en realidad, no habría hecho ninguna falta.
De hecho, lo que recomienda el ministerio de salud es acudir, al menos, una vez al año para hacerse una revisión completa de nuestros dientes y encías. Nada más. Por supuesto, no descartes acudir al dentista si te duele alguna muela o si sientes que tu salud bucodental se está resintiendo estos últimos días.
-¿Te has planteado financiar el tratamiento que necesites hacerte? Ninguno podemos desembolsar de golpe más de setecientos euros en el dentista, ¡aunque ya nos gustaría, porque eso significaría que nos va realmente bien en la vida! Pero, como a la mayoría de las personas no nos pasa esto, tenemos que conseguir las cosas poco a poco.
Una financiación es una estrategia de compra que va a beneficiar tanto al empresario como al comprador. Esto, como clientes, nos va a permitir hacer una compra (o pagar un servicio) en varios meses, y no todo de golpe. Y, aunque en la mayoría de las veces tiene intereses, es cierto que para una persona con pocos ingresos es algo muy interesante que puede facilitarle algo tan beneficioso y necesario como un tratamiento para su boca.
El Dr. Jaime Clavero – Implantes y cirugía oral nos explica que cada vez son más las personas sin solvencia económica que decide financiarse sus tratamientos. Nos comenta, además, que cada vez son más las clínicas profesionales de salud bucodental que facilitan este método de pago, tanto para asegurarse al cliente como para asegurar su salud.
–Una buena forma de ahorrar en el dentista es asegurándote que no vas a tener que ir. ¿Cómo? Cuidando tu salud bucodental. Muchas veces, la forma más efectiva de ahorrar en el médico es la más pasada por algo. Te parecerá una tontería decir esto, pero es que es algo tan básico que muchas personas lo pasan por alto, ya sea por flojera o por falta de tiempo.
Te sorprenderá saber, cuando leas este estudio publicado en el País, que un 21% de la población de nuestro país se lava los dientes, tan solo, una vez al día (cuando esto ha de hacerse tras cada comida), que un 4% se los lava de forma ocasional… y que un 1% de los habitantes españoles directamente no se los lavan nunca.
¿Eres consciente de que la mayoría de las enfermedades bucodentales se producen porque no existe una higiene correcta por nuestra parte? No nos lavamos los dientes, no cuidamos el cepillo como se merece, abusamos de los azúcares… y un largo listado más de cosas que hacemos y que no deberíamos de hacer que nos ahorraría más de una caries.
Por lo tanto, el mejor consejo que puedo darte para ahorrar en el dentista es, sobre todo, asegurarte de que no tendrás que ir cuidando de tu salud bucodental por ti mismo. Piénsalo: lavarte los dientes te lleva poco más de dos minutos… y no comer cosas perjudiciales para tus dientes no lleva más esfuerzo que el de controlarte. ¿No es mejor no tomarte un dulce todos los días que desembolsar ochocientos euros de golpe en el dentista?
-También suele ayudar comparar precios de mercado. Muchas veces nos adelantamos a lo que tenemos que hacer, ya sea por falta de tiempo o porque no tenemos ganas de hacer el esfuerzo que eso conlleva. Y esto es, para nuestro bolsillo, un verdadero error. Queremos ahorrar en todo, menos en lo que debemos ahorrar. Ahorramos en tiempo, ahorramos en esfuerzo, ahorramos en efectividad… y, en consecuencia, gastamos dinero de más cuando no tendríamos que haberlo gastado.
¿Cómo podemos evitarlo? El mercado está repleto a rebosar de cientos de dentistas profesionales que ofrecen sus mejores servicios. Una buena forma de ahorrar en el dentista es acudir a uno que se adapte a tu solvencia económica. Para ello, previamente vas a tener que hacer un estudio de clínicas dentales de tu zona y alrededores para ver qué te ofrecen cada uno de ellos y comprar.
Recuerda algo: no se trata de comparar solo en el precio del tratamiento… sino en las facilidades de pago que te ofrezca esa clínica. Quizás, una clínica profesional cuyos tratamientos son muy caros te ofrecen mejor financiación que ese dentista de tu barrio. ¡Aunque sea mucho más caro, quizás te compensa porque es más asequible a tus necesidades!
-¿Tienes seguro médico? Quizás cubre el tratamiento que necesitas. Porque, aunque la seguridad social no cubra todas las coberturas necesarias para hacerte el tratamiento odontológico que necesitas, tu seguro médico privado (ya sea de empresa o personal propio) sí lo cubre. Y, aunque un seguro médico también se paga, el hecho de tener uno puede hacer que la gracia de tener que pagar ese tratamiento se reduzca más de lo que te imaginas.
Gracias al mi seguro médico, por ejemplo, tengo acceso a una serie de dentistas que están asociados a ellos y con los que tengo descuentos en todos mis tratamientos. Esto no podía hacerlo si no tuviese ese seguro médico.
-Quizás te dé miedo, pero acudir a un dentista universitario también es una buena forma de ahorrar. Acudir a estos dentistas supones que estudiantes de grado y posgrado -con la supervisión de sus profesores, por supuesto- se ocupen de tus problemas de salud.
Esto puede dar, a priori, mucho miedo, porque los estudiantes no suelen tener la experiencia necesaria… y la salud es algo muy serio. Pero no hay ningún problema, porque siempre estarán bajo la estrecha mirada de un profesor que cuenta con la experiencia profesional como para que no te cree ningún tipo de problema.
Es hora de ahorrar
Ya sabes trucos para ahorrar en el dentista. ¡Es hora de hacerlo!