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¿Mejor alquilar o comprar una vivienda?

La elección de alquilar o comprar una vivienda no es una decisión que se pueda tomar a la ligera. Se trata de cuál será tu hogar, bien por un tiempo determinado o quizás para siempre. Por este motivo para tomar la decisión hay que realizar una evaluación detallada, valorando todas las ventajas y desventajas en función de las circunstancias personales.

Sin entrar mucho en detalles, alquilar es una opción que ofrece flexibilidad y menor compromiso financiero a corto plazo. ¿Qué quiere decir? Que se puede cambiar de vivienda cuando se estime oportuno, siempre teniendo en cuenta las cláusulas del contrato. Suele ser una opción por la que optan quienes no cuentan con un gran dinero de primeras para pagar la entrada de una hipoteca. 

En cambio, la compra de una vivienda cuenta con ventajas como la estabilidad y la creación de patrimonio. Quienes deciden comprar una casa tienen la posibilidad de personalizar la vivienda. Es una inversión que incluso favorece la estabilidad financiera.

No obstante, es conveniente indagar en cada una de sus ventajas y desventajas para tomar una decisión acertada. En este post te daremos algunas pinceladas para que tomes una decisión correcta. ¿Alquilar o comprar una vivienda?

En cualquiera de los dos casos, lo más apropiado es contar con agencias especializadas para llevar a cabo todo el proceso. Vip House, con profesionales con más de 25 años en el sector jurídico, aseguran que es necesario el asesoramiento y el acompañamiento al cliente hasta el final de la operación tanto de compraventa como de alquiler. 

Ventajas de alquilar una vivienda

Alquilar una vivienda presenta una serie de ventajas que hacen que esta opción sea atractiva para muchas personas. Entre las principales ventajas se encuentra la flexibilidad que proporciona. 

Se trata de una vivienda que no es para siempre. Firmas un contrato donde determinas el tiempo que vas a permanecer en la casa, con la posibilidad de reducir o ampliar el periodo de tiempo. Por lo que cuando quieras, dentro de unas condiciones, puedes cambiar de vivienda. Son muchos los motivos que pueden llevar a considerar esta ventaja como la continua movilidad, la necesidad de una casa con otras características, etc. 

El alquiler tiene menos riesgo financiero. Pues cuando se dejan de tener los recursos económicos necesarios para pagar el alquiler, se procede a la rescisión del contrato. No implica la pérdida de una vivienda que estás pagando para ti como en el caso de la compra. Con el alquiler las personas tienen mayor margen para solucionar imprevistos. 

Ligado al tema económico está el precio. El alquiler tiene unos costes iniciales mucho más inferiores que la compra. Para alquilar no es necesario desembolsar de primeras elevadas cantidades como si exige una entrada. Generalmente el alquiler exige el pago previo de uno o dos meses, sin ser cifras muy elevadas. Por ello, el alquiler más accesible, es apropiado para quienes no cuentan con gran capital inicial. 

Otra ventaja es la reducción de las responsabilidades de mantenimiento. Si alquilas una casa, como inquilino no tienes que encargarte de los problemas, reparaciones y mejoras que necesite la casa. Cualquier problema que surja corre a cargo del propietario, del arrendador de la vivienda. Por lo que no supone gastos imprevistos. Salvo que se acuerde entre ambas partes. 

Además, alquilar una vivienda es una opción que las personas barajan para conocer entornos y formas de vida. Suele ser el primer paso para independizarse. Conocer cómo se vive fuera del hogar de toda la vida, en entornos diferentes para saber si es realmente lo que quieres en el futuro. 

Desventajas de alquilar una vivienda

Para tomar la mejor decisión, además de las ventajas, hay que tener en cuenta que un alquiler también tiene desventajas. Estas pueden impactar directamente en la experiencia como inquilino, por lo que debes valorar todos los aspectos. 

Alquilar una vivienda implica no tener control ni poder ninguno sobre la vivienda. Es decir, tienes que adaptarte al estilo y condiciones de la propia vivienda según estime el arrendador. La posibilidad de realizar cambios a tu gusto o mejoras personalizadas es limitada y, en ocasiones, imposible. De manera que se limita la posibilidad de adaptar el espacio de la que va a ser tu casa. A veces implica no estar cómodo del todo y repercute en la sensación de pertenencia. La falta de control también se extiende a la posibilidad de modificar el exterior de la vivienda o incluso a la elección de mascotas, ya que estas decisiones suelen requerir la aprobación del propietario.

La seguridad es otra desventaja. Con esto se quiere decir que la estancia como inquilino dura lo que el arrendador quiera. El alquiler no ofrece estabilidad a medio y largo plazo. Es el propietario quien tiene la libertad de decidir. Por ejemplo, puede tomar la decisión de vender la vivienda. En tal caso, como inquilino debes abandonar la vivienda. A veces un inconveniente por tema económico y por todo lo que implica una mudanza. 

También hay que tener en cuenta los costes a largo plazo. Al final, alquilar una vivienda supone un precio teóricamente más bajo mensualmente que el de la compra de una vivienda y sin costes iniciales elevados. Sin embargo, el alquiler no garantiza la adquisición de una vivienda o beneficio tangible a largo plazo. 

Ventajas de comprar una vivienda

Comprar una vivienda es una decisión importante. Tiene consecuencias en el futuro y requiere un análisis más exhaustivo. ¿Qué precio tiene la vivienda? ¿La compras solo o con alguien? ¿Cumples los requisitos?

Convertirte en propietario de una vivienda tiene grandes beneficios. Por ello, vamos a barajar las ventajas de adquirir una vivienda. 

Libertad de personalización. Es una de los grandes beneficios de tener en propiedad una vivienda. Al ser propietario tienes total libertad para cambiar la estructura de la vivienda, así como su estética en función de tu gusto personal. Reestructurar espacios, pintar, decorar, etc. Ser propietario te otorga el control total de la vivienda para hacerla tuya. 

La seguridad es otra de las grandes ventajas. Es decir, la vivienda ya es tuya y por tanto, no pueden surgir imprevistos de que el inquilino rompa algo o decida no seguir con el alquiler. El mantenimiento de la vivienda depende de uno mismo. No hay posibilidad de imprevistos que no dependan de uno mismo. 

Además, la compra de una vivienda ofrece ahorros a largo plazo, es decir, el pago mensual de la hipoteca para adquirir la totalidad de la vivienda es patrimonio. Importante indicar que el precio por el que adquieres la vivienda puede aumentar de valor, por lo que supone una inversión beneficiosa a largo plazo. Ya sea para tener en propiedad una vivienda o para sacar rentabilidad con su venta a mayor precio. 

La compra de una vivienda también permite ingresos adicionales a través del alquiler. Es decir, en lugar de ser inquilino con la compra de una vivienda puedes llegar a ser en algún momento arrendador. Teniendo una casa en propiedad puedes mudarte a otro lugar mientras le sacas rentabilidad. 

Por último, destacar la ventaja de que la compra de una vivienda te permite acceder a beneficios fiscales. Depende de cada comunidad, banco y otros aspectos, pero es importante tener en cuenta dicha ventaja. 

Desventajas de comprar una vivienda

Aunque comprar una vivienda ofrece muchas ventajas como ya hemos dicho, antes de tomar una decisión también hay que conocer las desventajas. Al fin y al cabo la compra de una vivienda supone un elevado desembolso económico y antes de ello, hay que conocer las finanzas y necesidades. 

La principal desventaja es la falta de flexibilidad. Cuando decides comprar una vivienda no hay marcha atrás, al menos durante el periodo de pago de la hipoteca. En  caso de no gustarte la ubicación o aspectos concretos de la vivienda ya requiere vender la propiedad. Para esto necesitas un comprador y la tramitación de todo el papeleo. 

La compra de una vivienda requiere de una estabilidad financiera para hacer frente al pago de la hipoteca. Mayor aún para quienes apuestan por una hipoteca variable, aunque se pueden cambiar. Hay que valorar contar con los ahorros necesarios para pagar la hipoteca en todo momento, aunque pases por situaciones económicas desfavorables. Todo el esfuerzo que implica adquirir una vivienda puede terminar en una ejecución de la hipoteca y por tanto, pérdida de la propiedad. 

Otra desventaja es el desembolso inicial. Por lo general, la entrada de la vivienda supone el 20% del importe total, sumado a las comisiones y otros conceptos. Estos aspectos hay que valorarlos previamente para conseguir liquidez financiera. En este sentido hay que tener en cuenta que actualmente hay entidades bancarias que ofrecen hasta el 95 o 100% de la hipoteca que, aunque no suponga un desembolso inicial, también requiere estabilidad financiera. 

Adquirir una vivienda tiene responsabilidades. El mantenimiento y las reparaciones son cosas de uno mismo. Son gastos que se van sumando y que hay que valorar. Pues aunque no puede ser necesario hay que tener en cuenta todas las posibles incidencias. 

Decíamos que comprar una vivienda es una inversión a largo plazo, que en caso de venderse, puede obtenerse más cantidad de dinero que el invertido. Sin embargo, también puede darse el caso anterior, que la propiedad pierda valor. Esto se debe a cambios en el mercado inmobiliario o al mantenimiento de la propia vivienda. Su valor depende, en parte, de su cuidado.

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