El denominado miedo al dentista es algo que sucede más de lo que podemos pensar. Hay muchas personas que llevan muchísimos años sin volver a visitar al dentista, puesto que de pensarlo les produce una gran ansiedad.
Hablamos de una situación compleja, en la que se deteriora la salud dental, se pierden dientes y aumenta el sentimiento de culpabilidad y la ansiedad al no querer visitar al dentista.
¿Cuál es la razón del miedo al dentista?
La mayor parte de las veces es el dolor, especialmente en épocas tempranas o los dolores del pinchazo de cuando se procede a anestesiar. En otras ocasiones es cuando piensan en que les introducirán en la boca multitud de aparatos o el no saber qué es lo que le van hacer, por no decir cuánto será el coste económico que supondrá.
Los dentistas son realmente conscientes del miedo que van a sentir los pacientes cuando van a la consulta y proceden a formarse. El problema está en lo que pueden hacer los pacientes para evitar estos miedos. Vamos con algunas recomendaciones:
Antes de acudir al dentista
Deber de identificar el motivo
Pensemos es la razón del miedo al dentista y analicémoslo.
Información
En ocasiones el ir a una clínica y pedir información, puede solucionar dudas y ver el sitio y cómo los pacientes que salen lo hacen tranquilamente.
Buscar a un dentista o clínica que nos genere confianza
Aquí podemos preguntar a nuestros familiares y amigos que visitan al dentista, para que te puedan recomendar el suyo y te cuenten cómo es la experiencia de visitarlo.
Incluso como dicen en Clínica Dental Gaudí, se puede visitar la clínica para ver si te genera la confianza. Muchas veces funciona hablar con el personal de recepción e incluso que te pueda generar a un profesional de la clínica, explicando que tienes miedo a acudir al dentista.
Solicitar hora
Cuanto primero sea la hora en que tendrás la cita, menores oportunidades tendrás de echarte atrás.
Preparación mental
Una vez hayamos tomado la decisión, tendremos que evitar todo tipo de ansiedad o estrés al respecto. Siempre es bueno hablar con las amistades, pasear o salir.
El que solicitemos a un familiar o amigo que nos acompañe, nos va a reforzar en la decisión de ir al dentista y ayudará a que nos distraigamos mientras esperamos.
La primera visita
Cuando se visita por primera vez al odontólogo, se suele realizar la clásica revisión de la que saldrás con un plan para tratar tus patologías, por lo que olvídate del dolor. El caso es que antes de ir hay que tener claro lo que queremos preguntar según nuestros propios miedos.
En la consulta
Decir que tienes miedo cuando llegues
No tengas vergüenza al sentir miedo por ir al dentista. En algunas clínicas, no olvides que hay personal odontológico que está especializado en pacientes con miedos como tú.
Esperando…
Aquí lo mejor es pensar en otra cosa. Si vamos con alguien más, te podrás distraer y no pensar en lo que puede ocurrir. Si vamos solo, lo mejor es escuchar música, leer, etc.
Hablar con el dentista
Aquí es fundamental hablar con el profesional, puesto que él también quiere que los pacientes no tengan miedo. Ellos saben cómo tranquilizarte e incluso vas a poder pactar una señal en el caso de que precises parar en medio del tratamiento.
Antes de salir, informarse
Como decimos, la consulta primera cuando se va es el contacto, cuando se recaba la información y los problemas que son necesarios solventar. Aquí es cuando hay que hacer todas las preguntas. Si tenemos miedo al dolor, preguntemos por la sedación, si tenemos miedo al coste en lo económico, pues habla que saber si se ofrecen facilidades de pago.
El caso es que es también bastante usual que el miedo al dentista siga después de la primera consulta, ya que muchas veces habrá muchos tratamientos que harán necesarias varias visitas. Lo mejor es que, si nos ponemos en sus manos dejaremos de tener dolores, pérdidas dentales y esa sensación de angustia que tiene uno al saber que no puede visitar al dentista porque le aterra.
Si se opta por acudir al dentista, nos vamos a sentir bien y seguro que cuando todo acabe, salvo las típicas visitar anuales o de control, no tendremos que ir demasiado y cuando toque lo veremos como algo terrible, por lo que merece la pena dejar los miedos a parte y visitar la clínica dental que más confianza nos dé e informarnos. Nuestra salud está en juego y la boca es vital para tener una buena calidad de vida.