Todo aquel que no esté al tanto de lo que puede proporcionar un tratamiento de hipnosis puede ver en este artículo una especie de moda que en realidad no sirve para nada e incluso un tratamiento típico de curandero que lo único que hace es “sacar el dinero” a sus crédulos clientes. Sin embargo, lo que no todo el mundo sabe es que la hipnosis clínica no es ese estado en el que supuestamente inducen a las personas a hacer cosas en contra de su voluntad como ocurre en los espectáculos. Nada más lejos de la realidad.
Cuando pensamos en hipnosis tendemos a ver dos imágenes estereotipadas que se han creado en nuestra mente por culpa de las películas y los shows televisivos. Por un lado, se nos viene a la cabeza el típico “mago” que te hipnotiza y es capaz de conseguir que cacaraquees cada vez que alguien diga la palabra “queso”, por ejemplo. Y por otro lado, tenemos la imagen del psicólogo experto en hipnosis que aparece en los films americanos que es capaz de trasladar al paciente a espacios de su memoria que creía olvidados o incluso a vidas pasadas. Pero no, la hipnosis clínica no tiene nada que ver con eso.
En palabras de los expertos de Hipnosis Creativa, uno de los centros más reputados a nivel nacional, “La Hipnosis es una técnica terapéutica muy recomendada y demostrada científicamente desde 1958 por la American Medical Association, donde se reconoció oficialmente a la Hipnosis como un medio de tratamiento para innumerables patologías. Podemos definir “Hipnosis” como la técnica que nos permite acceder al inconsciente. La Hipnosis es un estado natural que provocamos de forma artificial. Con la Hipnosis inhibimos el consciente del paciente, haciéndole creer que se va a dormir, desinhibiendo el inconsciente. La Hipnosis Clínica trabaja directamente en la parte inconsciente para aplicar la terapia adecuada y acelerar el tratamiento psicoterapéutico del paciente, resolviendo problemas tanto psíquicos como físicos y respetando siempre el código moral del paciente.”
Qué podemos tratar con la Hipnosis Clínica
Según la Asociación de Psicólogos Americana (APA), la hipnosis es un procedimiento durante el cual un profesional de la salud sugestiona a su cliente, lo que hace que este último experimente cambios en las sensaciones, percepciones, pensamientos o comportamientos. La mayoría de los tratamientos basados en hipnosis incluyen sugerencias para la relajación, calma y bienestar. Instrucciones para imaginar o pensar sobre experiencias agradables son habitualmente incluidas. Las personas responden a la hipnosis de diferentes maneras, algunos describen a la hipnosis como un estado de atención concentrada, en la que se sienten muy tranquilos y relajados. La mayoría de la gente describe la experiencia de lo más agradable.
Gracias a ese estado en el que el hipnotizador consigue poner al paciente, los expertos pueden llegar hasta el subconsciente más recóndito y ayudarle a acabar con los miedos, las fobias e incluso con las adicciones. Pero ¿cómo? Según los especialistas lo que hacen es ayudar al cerebro a saber relajarse ante un momento de estrés. Por ejemplo, si nuestro mayor miedo son las arañas, el hipnotizador intentará llegar hasta nuestro inconsciente para averiguar cuál es el motivo que hizo nacer esa fobia y, desde allí, intentará que el cerebro comprenda que ese miedo es infundado y que las arañas poco daño pueden hacernos (en la mayoría de las ocasiones). De este modo, puede que nuestra fobia siga ahí, pero sabremos cómo manejarla y solventar situaciones desagradables.
A pesar de que la hipnosis ha sido relacionada con beneficios en un espectro muy amplio de alteraciones somáticas y psicológicas, los mejores resultados de esta herramienta parecen estar cuando se usa como parte del tratamiento de las adicciones (la del tabaco es la más común) y de la ansiedad, entidades que ocupan las dos terceras partes del total de las intervenciones.
También se utiliza en el abordaje de la baja autoestima, la depresión, el estrés postraumático, las disfunciones sexuales, algunos males psicosomáticos como el colon irritable, el dolor crónico, el dolor agudo, las fobias y los miedos.
Los resultados son variables y dependen de la severidad del cuadro de las características y capacidad sugestionable del paciente, y de las habilidades del terapeuta.