Cuando mi novia me habló por primera vez del tantra me asusté y pensé que se le estaba yendo la olla. Pues para mí, los seguidores de este tipo de terapia se asemejaban a unos iluminados, como lo eran por ejemplo los seguidores del gurú del sol o no sé qué… ¡Prejuicios míos! No, lo que ella quería para la pareja que formábamos era asistir a unos cursos impartidos por
Maite Domènech, una célebre especialista en tantra de Barcelona, que ponía a la disposición de sus pacientes una amplia variedad de cursos de tantra para sanar todo tipo de desequilibrios emocionales o simplemente para ayudarles a vivir una vida plena, porque el tantra era sobre todo eso: el arte de vivir la vida en su totalidad…