Hay temas tabú que nuestra sociedad debe eliminar cuanto antes. Uno de ellos es el relativo a la donación de semen, un asunto del que todo el mundo parece conocer su existencia pero n en lo que se refiere a la donación de esperma. Nuestro país ha visto multiplicado el número de donaciones de semen que se han producido en los últimos años, una situación que también ha planteado algunas dificultades como lo pueden ser la donación descontrolada por parte de una misma persona. Es por ello por lo que un país como el nuestro creó el año pasado un registro que limitara ese número de donaciones por parte del mismo hombre, según informó el diario ABC en un artículo publicado en su página web. Y es que la verdadera donación es la que se hace por solidaridad, no por dinero.
Pero España es un país en el que, en lo que respecta a la calidad del semen, podemos encontrarnos situaciones de lo más variopintas. Hay miles de hombres cuyo semen no cuenta con las características necesarias como para ser óptimo para la donación. El estrés en el que permanentemente se encuentran muchos de ellos es, entre otras muchas cosas, el principal causante de este problema. Sin embargo, también hay espacio para el caso contrario, el de una gran calidad del esperma. Es lo que ocurre, según publicó el diario El Correo, con los donantes alaveses, que son los hombres idóneos a la hora de donar el semen necesario para hacer posible que se produzca el milagro de la vida.
Decíamos al principio que todo lo relacionado con la donación de esperma es un tema que sigue siendo tabú para nuestra sociedad. Como esta situación no puede seguir alargándose más tiempo, ha sido necesario que las entidades que se encuentran de un modo o de otro ligadas a ello propongan soluciones para conseguir que la gente deje de percibir la donación de semen como algo que pueda suponer algún tipo de vergüenza. Los profesionales de una clínica como Ivi Dono han propuesto la posibilidad de realizar una campaña que tenga como principal objetivo realzar la imagen solidaria de un acto como este.
Aunque parezca mentira, sigue habiendo muchos hombres que descartan formar parte de iniciativas como esta por culpa de la vergüenza que pueden llegar a sentir al pronunciar las palabras “soy donante de semen”, una vergüenza que no encuentra explicación alguna pero que existe como la vida misma. Y es una vergüenza que puede más, en la mayoría de ocasiones, que incluso la recompensa económica que se desprende de esa colaboración. Si queremos hacer que aumente el número de donante, es necesario que,en definitiva, tratemos de eliminar cualquier tipo de pudor o complejo.
Un proceso seguro y limpio
Ha existido, a lo largo de todos estos años en los que la donación de semen ha comenzado a ser más habitual, un mayor miedo por parte tanto de los donantes como de las mujeres que reciben el esperma. Los primeros porque desconocían el destino final de ese esperma. Las segundas porque desconocían la procedencia de dicha sustancia. Una situación como esta generaba cierta desconfianza y también preocupación entre los diferentes actores y actrices implicados en el proceso. Y lo que menos podía hacerse era resolverlas.
Y así ha sido. El proceso de donación tanto de semen como de óvulos ha ganado, de un tiempo a esta parte, en transparencia. Y lo ha hecho de un modo ejemplar, porque jamás ha habido un momento en el que haya existido más información al respecto que el actual. Eso se debe a un esfuerzo y la colaboración tanto de algunas de las entidades que están directamente relacionadas con la realización del proceso como de las autoridades públicas, que han regulado toda la normativa relativa a dicho proceso para tratar de controlarlo y darlo a conocer.
La donación de semen no debe ser ni un proceso oscuro ni un proceso que destaque por ocasionarle a quien forme parte de él ningún tipo de vergüenza. Tampoco debe ser motivo de complejo para aquellas mujeres que reciben el esperma. Hay que tomárselo como un proceso en el que se trata de resolver una necesidad para una persona: la de poder ser madre, algo a lo que por desgracia no puede acceder todo el mundo de una manera natural pero que debe ser un derecho básico para cualquier mujer de este mundo. Hoy en día es posible conseguirlo. Valorar ese avance es algo que debemos hacer todos y todas.