Un artículo publicado en el diario ABC el 1 de julio del año pasado recogía los datos de una encuesta realizada a más de 2.000 que lanzaba la pregunta de si durante el verano los españoles solíamos practicar más sexo. La respuesta del 73% de los encuestados fue positiva, por lo que ya no queda duda alguna: esta es la estación más propicia para disfrutar de nuestras relaciones sexuales.
¿Las causas? Una cantidad mayor de tiempo libre, el inmenso calor (que no hace sino fomentar que nos vistamos con menos prendas) y el aumento de una serie de hormonas que propician un aumento del deseo sexual. Sea como sea, el objetivo para todos es común: disfrutar con el máximo placer posible de nuestro tiempo libre y de la persona con la que decidimos gastarlo.
Trabajo desde hace unos dos años en una tienda dedicada a la venta de bebidas, snacks y demás productos alimenticios. El negocio está situado en el pueblo en el que llevo viviendo toda mi vida, una localidad de unos 10.000 habitantes de la provincia de Toledo. El principal momento álgido de dicha tienda durante la semana es el que llega con el fin de semana, concretamente durante las noches de viernes y sábado. Y que se refuerza con la llegada del verano. Somos uno de los puntos de encuentro de la noche local y eso nos permite albergar opciones de vender otra serie de artículos… especialmente los ligados al sexo.
Cuando yo comencé a trabajar ahí mi jefe, Luis, ya estaba pensando en introducirse en un mercado como aquel. La gran afluencia a nuestra tienda de un público joven invitaba a ello y quizá fuera el momento perfecto para diversificar nuestra oferta para terminar de fidelizar a nuestros clientes y acercar a todos aquellos que todavía no solían visitarnos con regularidad.
¿Cómo desarrollar aquella idea? Lo teníamos bastante claro: había que comenzar a vender productos que guardaran relación con el sexo. La apuesta era clara: condones, lubricantes, artículos eróticos… Sin embargo, queríamos apostar por productos que realmente fueran fiables y con los que nuestros clientes fueran a sentirse cómodos. Existían muchos establecimientos del pueblo en los que se vendían artículos eróticos de marcas nada fiables y nosotros no queríamos parecernos a ellos en ese sentido. Teníamos que apostar por la calidad. De esta manera, también lograríamos diferenciarnos.
Comercial Apra, el proveedor ideal
Comenzamos a movernos para obtener los productos. Queríamos contactar con una empresa que estuviera especializada en la distribución de una gran variedad de artículos de este tipo y que tuviera cierta reputación. Después de investigar un poco el sector, encontramos en Comercial Apra una alternativa perfecta para conseguir la gama de productos que nos interesaban.
Desde el primer momento nos interesaron los preservativos, los lubricantes y demás artículos como vibradores o bolas chinas. Creíamos que a nuestros clientes les interesaría toda esta gama de productos, por lo que, atendiendo al bajo precio al que los podíamos adquirir, nos lanzamos e hicimos un primer pedido.
El efecto que eso surtió en nuestro negocio no tenía ningún precedente. Interesados en nuestra nueva oferta, los jóvenes que solían acudir durante los fines de semana a la tienda para comprar bebida comenzaron a comprarnos nuestro género en bastantes cantidades. Les otorgaba confianza. Comercial Apra y nosotros confiábamos en las mejores marcas (en materia de condones, Durex, por ejemplo) y eso dejaba muy tranquilos a nuestros jóvenes de cara a sus relaciones sexuales.
El rumor acerca de que estábamos vendiendo productos para mejorar y fomentar la práctica del sexo corrió por el municipio y pronto vimos aumentada nuestra clientela. El verano pasado fue una época absolutamente increíble. Vendimos una cantidad de material sexual enorme y eso nos permitió ganar un dinero que complementó bastante bien el que ya obtenemos por la venta de nuestros productos tradicionales. Este verano, nuestras expectativas son las mismas o incluso mejores. Se trata, como apuntábamos al principio, de la época ideal para la práctica del sexo.