Leyenda urbana o no. Seguro que en más de una ocasión has comentado con tu familia o con tu grupo de amigos lo curioso que resulta que en los supermercados, retiraran las bolsas de plástico, ahora bien, si es cobrando, no hay ningún problema y te las dan. Para muchos es un puro ejercicio de cinismo, aunque es una medida que ha llegado incluso a Kenia. ¿Qué te parece? Nosotros queremos ponerte sobre la mesa los datos. Decirte si es cierto que estas bolsas de plástico contaminan tanto como dicen, y si las que dan ahora, que son ecológicas, no lo hacen tanto.
Primero vamos con unos datos. En España utilizamos unas 250 bolsas por habitante y año. Tanto su fabricación y distribución como su tratamiento posterior provocan importantes problemas ambientales. ¿Por qué?
En primer lugar porque se fabrican a partir del petróleo, un recurso no renovable, costoso, cada vez más escaso y responsable de la emisión de gases de efecto invernadero, es decir, del cambio climático.
Su reciclaje no es rentable: cuesta 100 veces más reciclarlas que producirlas nuevas. Piensa que una bolsa que arrojes al bosque o al mar puede estar allí durante muchos años. Se han encontrado bolsas flotando al norte del Circulo Ártico y en lugares remotos del Atlántico Sur.
Algunas están impresas con tintas tóxicas y tardan entre 150 y 1000 años en descomponerse. Es cada vez más frecuente encontrarlas en cadáveres de animales marinos que lo han consumido y han muertos. ¿Te parece poco?
¿Qué podemos hacer?
Pues por ejemplo si usamos una bolsa de tela, podemos ahorrar seis bolsas por semana; es decir, 24 bolsas al mes; 288 bolsas al año; 22.176 bolsas durante una vida promedio. Así estaremos ayudando mucho al medio ambiente.
Hay que hacer un esfuerzo desde la ciudadanía, los ayuntamientos, gremios de comerciantes y cadenas comerciales para animar al consumidor y a los comercios a sustituir las bolsas de plástico gratuitas por otro tipo de recipiente más resistente y duradero. Y sobre todo, que el Gobierno grave el consumo indiscriminado y gratuito de bolsas de plástico con un impuesto ecológico lo suficientemente elevado para ser disuasorio. Pero claro, a los políticos no les interesa, porque, entre otras cosas, las bolsas se fabrican con petróleo, y ese lobby es muy potente.
Afortunadamente hay empresas concienciadas con estas cosas, y aunque su misión es la de fabricar bolsas , cada vez lo hacen pensando más en el medio ambiente. Por ejemplo, Plásticos Alhambra fabrica bolsas de plástico con materia prima biodegradable compostable. Sus bolsas biodegradables están certificadas por Vincotte y apenas contaminan. También tienen reutilizables, que son aquellas bolsas de plástico diseñadas para ser usadas más de una vez. La norma que las regula es la UNE 53942. Desde hace años apuestan por la innovación tecnológica, y por una política de inversión anual para la adquisición de la mejor maquinaria disponible para intentar frenar el avance de la contaminación.
Tras todo esto, está claro que hoy vivimos en un mundo de plástico en el que ni siquiera la arena están a salvo de los restos microscópicos de ese material sintético. Por eso, mucho ojo con el plástico.