Dicen que las discusiones de pareja son sanas y necesarias y que pocas son las parejas que no discuten por tonterías y siguen juntas pero también es cierto que discutir alocadamente puede acarrear problemas insalvables y que van dejando mella en la relación. Si la pareja llega a estos términos lo mejor es acudir a un profesional que ayude a salvar estos obstáculos y por eso en Centro Médico Benviure en Barcelona tienen un departamento especializado en terapia de parejas con los mejores expertos nacionales.
Soluciones aparte, lo mejor sería no llegar a tales extremos obviamente y para ello es necesario conocer nuestras emociones y aprender a controlarlas. Una discusión, por muy estúpida o irrelevante que sea, puede convertirse en algo caótico si no somos capaces de controlar nuestras emociones. Las frustraciones y los enojos que no se hablan pueden terminar con nuestra relación igual que si éstos explotan y provocan una discusión de medidas gigantescas y discutir amigablemente con nuestra pareja puede salvar nuestra relación.
La buena comunicación es esencial, tanto en lo bueno como en lo malo, y si careces de ella es cuando pueden venir los malentendidos y los enfrentamientos acalorados.
El termómetro emocional de nuestro cuerpo puede elevarse rápidamente cuando mantenemos una discusión y si no sabemos cómo enfriarlo posiblemente acabaremos irradiando ese mal genio y mal comportamiento que hará que nuestras acciones pasen a ser ofensivas, y nuestra pareja se vea obligada, en cierta manera, a responder del mismo modo provocando entonces la batalla verbal.
Y no es difícil “calentarse” mientras discutimos porque aunque pensemos que sabemos controlarnos perfectamente, los estudios demuestran que un porcentaje muy alto de la población llega rápidamente al punto en el que las emociones se disparan y dejan de saber manejarlas. De este modo es como se llega a faltar al respeto y aunque normalmente lleguemos a arrepentirnos tras sólo diez minutos después de lo que hemos llegado a decir en ese momento, mientras estamos discutiendo todo lo que soltamos por la boca nos parece acertado y totalmente justificado, a pesar de que no sea así.
Así que no seamos estúpidos emocionalmente y actuemos con inteligencia porque respirar hondo antes de hablar puede salvar muchísimas relaciones y discutir de manera tranquila hará que nuestra comunicación sea fluida y evite problemas futuros.