Cuando le dije a mi amiga Sandra que mi matrimonio con Sergio, después de ocho años de casados era un completo “sinsentido”, ya que con el paso del tiempo nuestro amor se había convertido en una cohabitación amistosa y que por esa razón estaba seriamente pensando en separarme de él, ella me habló directamente del Despacho Jurídico Ferrer Navarro Abogado, ubicado en la ciudad de Valencia, y que ofrecía sus servicios y asesoramiento en todas las áreas relacionadas al Derecho Civil, Derecho de Familia, Derecho Laboral, etc. Ella había pasado por ese despacho no sólo cuando se divorció de su esposo sino también cuando decidió abrir su tienda de ropa infantil, y aseguraba estar contentísima con ellos. Eran unos cracs, muy profesionales, me aseguró ella, y además muy baratos, añadió guiñándome del ojo. Con lo cual, si Sandra me lo aconsejaba es que tenía que ser verdad, porque de dinero la pobre iba siempre súper justa… ¡Lo de ser pequeño empresario o sencillo autónomo en España es sumamente complicado!
Los abogados no tienen, a diferencia de otros profesionales, tablas o aranceles
A diferencia de ciertos profesionales, como los notarios o registradores de la propiedad, los abogados en España no establecen sus honorarios basándose en tablas o aranceles. Pues, éstos son totalmente libres y por ello establecen una especie de pacto con el cliente acerca del cobro. Con lo cual, entre un abogado y otro puede haber un gran trecho en lo referente al precio. Por esa misma razón es siempre conveniente in-formarse acerca del coste de su intervención. En el Despacho de Abogados Bernardo J. Ferrer Navarro, este tipo de sorpresas no te las encuentras puesto que los honorarios están claramente estipulados en cada ámbito y cualquier persona antes de decidir si contratarles o no tiene accesos a ellos de forma gratuita a través de su página web. Y bueno, como lo especificó Sandra, que un abogado sea más caro que otro no significa que sea mejor o que esté más apto para ocuparse y gestionar tus asuntos, la prueba estaba más que demostrada con este bufete. Entonces, visité la web del despacho en cuestión y tuve que convenir que todo lo que había dicho mi amiga era cierto, ya que la lista de precios por áreas de especialización aparecía de forma clara y que los honorarios publicados eran de los más interesantes. Pude ver asimismo, que dentro del área de Derecho de Familia, eran de los mejores, unos auténticos expertos en separación especializados en Divorcio de Mutuo Acuerdo y/o Separación de Mutuo Acuerdo, Divorcio Contencioso, Modificación de Medidas, etc. Ahora bien, sólo me quedaba hablar con Sergio de la decisión que había pensado tomar…
Aquella misma noche cuando mi esposo regresó de su trabajo se lo comenté, y la ver-dad es que no se lo tomó mal en absoluto. Siempre habíamos sido muy respetuosos el uno con el otro. Nos conocíamos desde niños, habíamos sido en efecto vecinos, luego amigos de infancia, siempre habíamos pertenecido a la mismas pandilla. Con lo cual, casi de manera natural empezamos a salir juntos y después de un tiempo de noviazgo amistoso nos casamos. No teníamos familia, ni propiedad en común. Éramos jóvenes todavía. Podíamos seguir siendo amigos sin problema y abrir nuestros corazones a otro amor. Sergio escuchó con atención, acequió y nos dimos un fuerte abrazo. Él también había pensado en lo mismo pero no se atrevía ni sabía cómo planteármelo. A veces, cuando nos instalamos en una rutina, ¡no sabemos ya cómo escaparnos y salir de ella! A veces, también, es por vaguería o indolencia. Optamos pues por un divorcio por mutuo acuerdo. A día de hoy estamos divorciados y seguimos siendo amigos, De hecho, nos vemos y salimos de vez en cuando. Una cosa no quita la otra…