José de la Mata, juez de Instrucción de la Audiencia Nacional, dejó en libertad bajo fianza a cuatro de los presuntos cabecillas de la trama iDental, la red de clínicas odontológicas que se vio obligada a cerrar sus puertas hace un par de años, dejando plantados a cientos de miles de pacientes. De la Mata, puso una fianza de 50.000 euros a Luis Sans y José María Garrido, los propietarios de iDental y de 20.000 euros a Javier Pellicer y Vicente Castañer, fundadores de la red. En total han sido 140.000 euros en total, una cantidad de dinero que han pagado en menos de 24 horas.
Y es que es muy peligroso acudir a estas nuevas clínicas de franquicia que ofrecen tratamientos low cost. Las clínicas dentales de toda la vida son mucho más fiables y ofrecen mayor confianza. Un ejemplo de profesionalidad y eficacia, además de honradez lo tenemos en la Clínica Blanc, que hace con el objetivo es ayudar a todos sus pacientes con cualquier problema de salud bucodental, ofreciendo todos los tratamientos necesarios para cuidar de toda la familia. En esta clínica dental en Mahón, Menorca, son expertos en Implantología, Rehabilitación Oral, Ortodoncia y Odontología Conservadora y Estética. Además, disponen de las últimas tecnologías de diagnóstico por imagen, lo cual les permite hacer evaluaciones del estado de la boca mucho más precisas. Debido a esto, todos los procedimientos son más eficaces y fiables. Con la salud no se juega.
El magistrado inició el juicio contra la red de clínicas a finales del pasado mes octubre, por un fraude de 24 millones de euros a la Seguridad Social. La fiscalía, pidió para ellos, 6 años de cárcel. Además, se les procesó por la supuesta estafa a acreedores y pacientes. Tras la investigación, se ha concluido que existió un desvío de millones de euros, pero continua abierta la investigación por los supuestos delitos contra la salud pública cometidos por los acusados.
El juez ha dejado en libertad a los implicados, si bien se les han impuesto medidas cautelares, y deberán comparecer semanalmente en el juzgado. Además no pueden salir de España y les ha retirado el pasaporte, debiendo fijar un domicilio y teléfono de contacto para recibir las comunicaciones judiciales.
Luis Sans, que ahora se centra en demostrar su inocencia, no podrían estar más contento con la decisión.
Dos grupos criminales bien diferenciados
El instructor de la Audiencia Nacional ha acordado procesar también a 35 personas, incluido los expropietarios, por crear supuestamente dos «organizaciones criminales» bien diferenciadas: una se encargaba de desviar el dinero y la otra de estafar a los clientes con tratamientos malos.
Además, el juez les atribuye un montón más de delitos: estafa continuada, apropiación indebida, falsedad documental, administración fraudulenta, alzamiento de bienes, blanqueo de capitales y organización criminal.
En un auto de 383 páginas, el juez explica que abrió la investigación tras el cierre de iDental, dejando a cientos de miles de pacientes con sus tratamientos a medio hacer. A partir de ese momento, la investigación se fue ampliando y en la actualidad, el magistrado ha determinado la existencia de dos organizaciones criminales: el primero, liderado por los fundadores de la red de clínicas: Antonio García Pellicer y Vicente Castañer, y el segundo, por los directivos que se hicieron más tarde con su control: Luis Sans Huecas y los hermanos José María y Juan Garrido López.
De la Mata explica que el grupo empresarial iDental fue creado por García Pellicer y Castañer, poniendo en marcha «toda la estructura societaria» que se utilizaría posteriormente en la supuesta estafa. Una «estrategia fraudulenta» que consistía «en ofrecer servicios odontológicos sofisticados y de alta calidad a los clientes, a precios irrisorios, con pleno conocimiento de la incapacidad del grupo para proporcionar los servicios comprometidos y con total desprecio de la salud bucodental y estado de sus usuarios, haciéndoles creer que el coste muy elevado de los servicios estaba cubierto mediante subvenciones o ayudas oficiales».
Así, tras captar al cliente, lo presionaban para firmar el presupuesto y un crédito al consumo. «Obviando los requerimientos económico-financieros de solvencia establecidos por las financieras», continua el instructor de la Audiencia Nacional. De lo que se trataba era de captar el mayor número de clientes y cobrar la totalidad del préstamos, sin pretensiones de prestar servicio alguno.
El instructor de la Audiencia Nacional asegura que «un número masivo de tratamientos quedaron inacabados» y muchos fueron defectuosos. Se produjeron lesiones, infecciones, alergias e intolerancias. Se perforaron tabiques nasales y tímpanos. Se fracturaron mandíbulas. Se extrajeron piezas sanas… A lo que hay que añadir, además, la deficiente higiene en los servicios, la inexperiencia de los odontólogos contratados—»en su mayoría recién graduados sin práctica profesional», y la mala praxis. «Por ejemplo, en casos de intervenciones quirúrgicas, nadie les recomendó que debían tomar antibióticos para prevenir posibles infecciones posteriores».