Las personas diagnosticadas de cáncer deben hacer ejercicio físico, aceptar la ayuda de los demás y tener una actitud positiva. Los expertos aconsejan que estos enfermos lleven una vida activa y eviten el sedentarismo.
Ocho de cada diez pacientes que sufren esta enfermedad sienten cansancio, además, a tres de cada diez les dificulta su vida diaria.
Varios estudios han comprobado que
el ejercicio físico reduce el cansancio entre los pacientes oncológicos. Las manifestaciones del cansancio más comunes son debilidad muscular, astenia, somnolencia o el deterioro cognitivo.
El Instituto Valenciano de Oncología (IVO) aconseja mantener las actividades aunque el ritmo sea menor y hacer ejercicio físico de forma regular porque aumenta el nivel de energía.
A pesar de la fatiga es aconsejable tener una actitud positiva. También es importante que prioricen sus tareas e incluyan tiempos para descansar.
Los pacientes oncológicos deben seguir
una alimentación sana para disminuir la falta de energía, así como seguir un horario y una rutina a la hora de dormir.
Los beneficios del ejercicio terapéutico para pacientes oncológicos son:
-Reduce los efectos secundarios de la quimioterapia y la radioterapia.
-Mejora la movilidad y el equilibrio.
-Disminuye la recidiva del cáncer.
-Mejora la autoestima.
-Disminuye la fatiga y la depresión.
– Mantiene la masa muscular.
– Mejora la calidad de sueño.
-Mejora la calidad de vida y la salud ósea.
-Disminuye el nivel de estrés.
-Ayuda a lograr y mantener un peso saludable.
-Mejora la circulación sanguínea.
-Fortalece el sistema inmunitario.
-Disminuye la inflamación crónica en los tejidos.
-Aumenta el apetito.
RTVE informa que «las pautas recomiendan hacer entrenamiento aeróbico al menos tres días por semana, con un mínimo de 30 minutos por sesión. Esto incluye actividades como caminar a paso ligero, andar en bicicleta, nadar o bailar. Respecto al entrenamiento de fortalecimiento, lo aconsejable es realizarlo al menos dos días por semana».
El ejercicio físico correctamente prescrito puede realizarse sin riesgo durante los tratamientos de quimioterapia y radioterapia.
Se puede empezar a hacer ejercicio cuando el oncólogo considere que el estado general del paciente en relación con la quimioterapia y/o radioterapia es adecuado.
Después de la cirugía, el paciente deberá esperar a la retirada de drenajes, cicatrización de heridas quirúrgicas, hábito postural y movilidad articular normal.
En el caso de la radioterapia, cuando el paciente no tenga heridas.
Los ejercicios que puede hacer una persona diagnosticada de cáncer son los siguientes:
-Puede caminar, correr, montar en bicicleta, nadar, bailar, etc. Estos deportes mejoran la capacidad cardiovascular o capacidad aeróbica.
-Para mantener la fuerza muscular es aconsejable levantar peso, subir y bajar escaleras, etc. El paciente antes de hacer un ejercicio intenso debe consultar con su médico para que valore su condición física.
-Los pacientes pueden estirar los músculos y evitar las caídas si realizan ejercicios de equilibrio, como andar de puntillas o mantenerse de pie con un solo apoyo.
«Mantenerse activo va a ser muy importante a la hora de preservar la funcionalidad cardiorrespiratoria, la movilidad de las articulaciones y la elasticidad muscular. Sobre todo, en aquellos momentos en los que pasamos mucho tiempo en casa, tener una rutina activa, con estiramientos o ejercicios específicos de tonificación, va a ser de gran ayuda”, informa Soraya Casla, responsable de la Unidad de Ejercicio Físico Oncológico de la Asociación Española Contra el Cáncer de Madrid.
La hidratación y los alimentos, especialmente las proteínas, son fundamentales para la recuperación después del ejercicio. Si sientes que tu cuerpo no puede recuperarse adecuadamente de un nuevo esfuerzo físico, lo mejor es que cambies el programa de ejercicios o consultes a tu médico.
¿Es beneficioso tomar helado?
Un estudio realizado en los hospitales de Terrassa y Sabadell ha descubierto que el helado mejora el estado de ánimo de los enfermos de cáncer.
La investigación se ha realizado durante un año en unos cuarenta enfermos de cada uno de los dos centros, a los que se ha añadido a su dieta helado artesano.
«La inclusión de helado mejoraba significativamente su calidad de vida, disminuía su ansiedad y mejoraba su comportamiento social, además del estado nutricional monitorizado a lo largo del estudio», afirma Àngels Arcusa, responsable del Servicio de Oncología del Consorcio Sanitario de Terrassa.
El helado ha sido elaborado por Angelo Corvitto, este pastelero ha creado una receta con alto contenido proteínico. «Tuvimos que incrementar al máximo los ingredientes como la grasa láctea para incrementar el nivel proteínico, y además de alimentar añadíamos un plus, que es una sensación de felicidad que aportan alimentos como el helado», señala Corvitto.
El helado resulta un buen sustitutivo para los enfermos que les cuesta más trabajo ingerir alimentos como la carne.