Es curioso ver cómo el ser humano se empeña en darle la vuelta a la tortilla siempre que puede para llevar todo a su terreno. El perro salvaje, es decir, el primigenio, era de por sí violento. De hecho, cualquier animal salvaje que se sienta intimidado o tenga miedo puede ser violento y los perros no iban a ser diferentes. Ahora hablamos de ellos como de “los mejores amigos del hombre” y puede que lo sean, porque a fidelidad no les gana nadie, pero no debemos olvidar que su naturaleza, aunque modificada, sigue estando ahí, intrínseca en ellos mismos, y por ende, si tienen miedo o se sienten intimidados van a atacar.
Dicho esto, que parece una perogrullada, también he de decir que me resulta curioso comprobar cómo aún hay tantísimas muertes de mujeres, hombres y niños provocadas por canes supuestamente domésticos.
En Coslada, hace poco más de un mes, moría un hombre de 47 años por las mordeduras de un Rottweiler. En Galicia, el pintor Alfredo Rodríguez Labajjo Grandío murió tras el ataque de sus perros, mutilado de un brazo. En Francia, Elisa Pilarski murió asesinada por una jauría de perros mientras paseaba por el bosque, estando embarazada de 4 meses y aunque no tengo datos más actuales, según el diario hoy.es, en 2016 murieron 14 personas en España por ataque de perros. No es nada nuevo, es algo que pasa y seguirá pasando.
Educación
¿Significa eso que no deberíamos tener perros? Llegados a este punto en el que nos encontramos, dejar de tener a los perros como mascotas en casa sería una total aberración, más que nada porque ahora ya no saben vivir sin nosotros y, por ende, somos su medio de subsistencia. Ahora bien, la clave está en la educación, en el entrenamiento y el adiestramiento pero, tal y como nos dicen en perrosterapeuticos.es, ni siquiera con un perro educado debemos bajar la guardia.
Los perros, siguen siendo animales con una naturaleza que nadie va a modificar, por eso, aunque un perro sea dócil y bueno, amable y cariñoso, debe estar siempre bajo la atenta mirada de una persona responsable, sobre todo cuando el animal trata con personas desconocidas o niños ya que, seamos realistas, por mucho que lo queramos sigue siendo un perro y nunca se sabe cómo puede llegar a reaccionar.
Los perros salvan vidas, algunos porque son entenados para ello y otros porque ven peligrar la vida de alguien a quien quieren y se lanzan para salvarlo sin mirar las consecuencias. Son leales compañeros y unos magníficos guardianes, pero repito: siguen siendo perros y en su naturaleza está el atacar si se ven acorralados.
Pensemos por ejemplo en cómo un perro educa a su cachorro, ¿sabéis cómo lo hacen? Pues les marcan, es decir, les dan un pequeño mordisco que al cachorro solo le hace un pequeño arañazo gracias a su gruesa piel. Esa es su forma de educar, pero si hacen lo mismo a un bebé de 6 meses que no para de tirarles del rabo ¿creen que la consecuencia también será un simple arañazo en el brazo? No, el resultado de ese “marcaje” en un bebé humano será mucho más grave que el que habría tenido un cachorro pues nuestra piel es mucho menos dura, mucho más débil, y ellos pueden partirla como si fuera mantequilla.
¿Significa eso que el perro que “marca” a un bebé humano es malo? Por supuesto que no, él cree que solo ha dado un aviso, para que le dejen tranquilo por ejemplo, aunque las consecuencias hayan sido mucho peores.
De nuevo quiero dejar claro que los perros son animales que se merecen todo el respeto y el cariño que un humano puede darles pues son los seres más fieles y amigables del planeta, pero también son animales, y esto debemos tenerlo siempre presente.
¿Es por tanto culpa del perro su comportamiento o del humano? Claramente la culpa es nuestra, para empezar por empeñarnos en cambiar su naturaleza, para seguir por olvidarnos de ella cuando nos relajamos, y para continuar porque siguen habiendo muchísimas personas que entrenan a los perros para atacar, para luchar, para proteger supuestamente un terreno de campo. Luego, ante el ataque de un perro que ha sido entrenado para eso, ¿qué podemos hacer? ¿Culpamos al animal o al humano que lo entrenó? Supuestamente se culpa a ambos pero la realidad es que el perro acaba sacrificado y el humano con una multa cuyo valor depende, en gran medida, del destrozo que haya hecho el animal y de las consecuencias de sus acciones.