Del mismo modo que el running o el HIT que tan de moda se han puesto de un tiempo a esta parte, ahora son los hipopresivos lo que está pegando fuerte. Es el ejercicio de moda, y sirve tanto para tener un abdomen sano y fuerte como para perder grasa e incluso como ejercicio post parto para recuperar el estado físico. ¿No te lo crees? Vamos a verlo.
Los hipopresivos son ejercicios posturales y respiratorios que consiguen el mismo, o incluso mejor beneficio que los abdominales tradicionales, con la ventaja de no dañan la espalda y los pueden hacer desde los niños hasta los ancianos que no tengan otros problemas que les impidan hacer este tipo de ejercicio.
Son ejercicios de tonificación abdominal y suelo pélvico en apnea respiratoria, es decir echando todo el aire de los pulmones y conteniendo la respiración. Según los expertos de Plenno, el problema de este tipo de ejercicio es que aparentemente es muy sencillo de realizar y todos los que ven un vídeo en YouTube creen poder hacerlo sin saber que, en realidad, no están realizando los ejercicios correctamente. Hay que saber respirar, hay que saber cuánto aguantar y cómo hacer la apnea para que los hipopresivos surtan efecto y, por eso, aconsejan ser supervisados por un profesional un mínimo de dos a tres sesiones o hasta ser conscientes de que ya realizamos los ejercicios correctamente.
Los beneficios de los hipopresivos
- Tonifican el suelo pélvico: es decir, la musculatura interna del abdomen. Gracias al aumento de tono muscular en esta área mejoramos nuetra salud sexual y prevenimos enfermedades como prolapsos o dolencias en la zona púbica.
- Previenen y corrigen la incontinencia urinaria: precisamente por lo anteriormente citado, al mejorar la musculatura interna previenen los problemas de incontinencia urinaria en la vejez y, por supuesto, este entrenamiento tras el parto, será lo que nos permita regenerar nuestro tono muscular y corregir esos pequeños desajustes que se sufren.
- Corrigen la postura: los hipopresivos combinan el trabajo postural con el respiratorio. Así, trabajamos el control de la postura, algo similar al yoga, y reduce los dolores derivados de tener una mala higiene postural. Estos ejercicios, además, son especialmente beneficiosos en caso de lumbalgias.
- Reducen cintura: también la parte estética obtiene su beneficio de estos ejercicios. Los abdominales tradicionales reducen grasa del abdomen, eso es algo obvio, pero practicarlos en apnea puede hacer que reduzcamos hasta dos tallas de cintura. Eso sí, con mucha practica y paciencia.
- Aumentan la calidad del orgasmo: los hipopresivos aumentan la sensibilidad de la zona púbica por lo que mejora las relaciones sexuales. Esto es así porque con ello aumentamos la vascularización de la zona, es decir, del riego sanguíneo.
- Requieren poco tiempo: con poco más de 20 minutos habrás conseguido lo que necesitas de este tipo de ejercicios. Así, mientras que en otras disciplinas no se baja de los 45 minutos, con los hipopresivos ahorraras tiempo.
- Son dinámicos: no penséis que estos ejercicios son rutinarios y aburridos porque esas rutinas pueden modificarse en el entrenamiento diario. Se puede combinar posturas diferentes y eso evita el aburrimiento.
La realidad es que no existe una postura única para hacer hipopresivos sino que hay ejercicios de suelo, ejercicios sentados, ejercicios de pie… Lo ideal es seguir las instrucciones de un profesional para poder encontrar qué posturas son las más cómodas para nosotros. Entre las más conocidas están la elongación, una postura de pie con los brazos elevados, la cuadripedia, en posición de perrito, y sentada o arrodillada.
¿Cómo se hacen?
Lo primero a tener en cuenta a la hora de hacer abdominales hipopresivos es que, como en el método Pilates, una correcta postura de partida es primordial para hacer bien el ejercicio. Por ejemplo, en uno de sus ejercicios más sencillos, nos colocamos de pie apoyados hacia delante, con la espalda elongada (debemos notar cómo nuestra columna se alarga, pero sin estirarse). Una vez tenemos la postura de partida dominada, pasamos al ejercicio: vaciamos nuestros pulmones de aire, bloqueamos la entrada de aire por la nariz y la boca y procedemos a realizar el movimiento de inspirar pero sin que el aire entre en los pulmones. Debemos sentir cómo las costillas se abren y cómo nuestro ombligo se acerca hacia nuestra espalda.